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Ética platónica y aristotélica: distinciones, influencias y su relevancia en la filosofía de la computación

Mientras que Platón concibió la moral como el conocimiento del Bien absoluto, Aristóteles la entendió como un hábito que se adquiere mediante la práctica. Estas dos perspectivas han dejado una huella profunda en la cultura occidental, influyendo en la ética política, la educación y la teoría del conocimiento. En la actualidad, sus enfoques pueden ser reinterpretados a la luz de nuevos desafíos, como la filosofía de la computación y la inteligencia artificial (IA), donde surgen preguntas sobre el conocimiento, la toma de decisiones y la naturaleza de la moral en sistemas artificiales.

Ética platónica: el conocimiento como virtud

En el Menón, Platón plantea que la virtud es inseparable del conocimiento. Su doctrina de la reminiscencia sostiene que aprender es recordar, pues el alma ha contemplado previamente las Ideas en un plano trascendental. En este sentido, la moralidad no depende de la experiencia empírica, sino del acceso a verdades universales.

Esta perspectiva tiene implicaciones políticas: en Política, Aristóteles comenta y critica la concepción platónica del gobierno de los filósofos, quienes, al poseer el conocimiento del Bien, deben gobernar sobre la polis. Desde esta óptica, la sociedad ideal no se basa en consensos pragmáticos, sino en la aplicación de principios inmutables.

Ética aristotélica: la virtud como hábito y vida en comunidad

A diferencia de Platón, Aristóteles, en su Ética a Nicómaco, rechaza la idea de un Bien absoluto y enfatiza la importancia de la experiencia en la formación del carácter. La virtud, para Aristóteles, no es solo cuestión de conocimiento, sino de hábito: se adquiere mediante la repetición de acciones correctas y se sitúa en el punto medio entre dos extremos viciosos.

Además, Aristóteles considera que la ética está intrínsecamente ligada a la política. En su Política, argumenta que el ser humano es un “animal político” y que su desarrollo moral solo puede darse plenamente dentro de la polis. La vida virtuosa no es una cuestión individual, sino un esfuerzo colectivo que requiere instituciones adecuadas. La vida ética se desarrolla en la polis, pues es en la comunidad donde el individuo encuentra su realización. Así, mientras Platón enfatiza la contemplación del Bien, Aristóteles subraya la importancia de la acción y la vida política.

Influencia en la historia occidental

Las diferencias entre Platón y Aristóteles marcaron el desarrollo posterior de la filosofía moral y política. En la Edad Media, el pensamiento platónico influyó en San Agustín, quien identificó el Bien con Dios, mientras que Aristóteles fue retomado por Santo Tomás de Aquino, quien desarrolló una teoría de las virtudes basada en la razón y la experiencia.

En la modernidad, Kant adoptó una postura más cercana a Platón al formular el imperativo categórico, una regla moral universal basada en la razón. Por otro lado, el utilitarismo y el pragmatismo, influidos por Aristóteles, enfatizaron el papel de la experiencia y las consecuencias en la moralidad.

Relación con la filosofía de la computación

La distinción entre la ética platónica y aristotélica adquiere relevancia en el contexto de la filosofía de la computación y la IA. El enfoque platónico puede compararse con los sistemas de IA basados en modelos ideales, como los algoritmos de optimización que buscan soluciones “perfectas” en espacios abstractos de datos. Al igual que en la teoría platónica, la moralidad en algunos modelos de IA se concibe como una cuestión de acceso a información óptima.

Por otro lado, la perspectiva aristotélica se asemeja a los enfoques basados en el aprendizaje por refuerzo y redes neuronales, donde la inteligencia se desarrolla a partir de la experiencia y la interacción con el entorno. En este sentido, la ética aristotélica encuentra un paralelismo en los sistemas de IA que no dependen de reglas fijas, sino que ajustan su comportamiento según patrones emergentes.

Además, la conexión entre ética y política en Aristóteles resuena en los debates actuales sobre la regulación de la IA. Así como Aristóteles argumentaba que la virtud solo se desarrolla en la polis, hoy en día se discute si la ética de la IA debe ser moldeada por normas sociales y políticas en lugar de depender exclusivamente de principios abstractos.

Conclusión

La ética platónica y aristotélica representan dos visiones fundamentales de la moralidad: una basada en la búsqueda de verdades universales y otra centrada en la experiencia y la vida en comunidad. Su influencia ha perdurado a lo largo de la historia y sigue siendo relevante en debates contemporaneos, incluidos aquellos relacionados con la computación y la IA. La pregunta de si la moralidad puede reducirse a la aplicación de reglas ideales o si, por el contrario, depende del aprendizaje y la práctica, sigue siendo un problema abierto en la ética, la política y la filosofía de la tecnología.

Además, estas cuestiones resuenan en los debates actuales sobre la regulación de la computación y la automatización. Así como Aristóteles argumentaba que la virtud solo se desarrolla en la polis, hoy en día se discute si la ética de la IA debe ser moldeada por normas sociales y políticas en lugar de depender exclusivamente de principios abstractos como lo puede ser la tendencia a la eficiencia casi ideal de los procesos tendiendo a deshumanizar el desarrollo de la tecnología.

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